Monday, October 30, 2006

Siete Elementos Bàsicos para tener èxito en un ministerio Cristiano

Por: Donizetti Barrios

1. Entender que Dios es más importante que tu ministerio. Que tu familia es más importante que tu ministerio. Y que tu ministerio es más importante que tu iglesia. No tienes sino un Dios. No tienes sino una familia. Y aunque no tienes sino un ministerio, podrás desarrollarlo en cualquier iglesia en donde Dios te ponga y en cualquier lugar del mundo. Recuerda: Dios, familia, ministerio e iglesia.La cultura religiosa ha puesto a la iglesia primero que todo y hemos desarrollado grandes estructuras eclesiásticas al costo de familias destruidas y vidas espirituales muy pobres.
2. Tú has recibido dones y talentos de parte de Dios, gratis, inmerecidos, y son para usarlos en beneficio de otros, no para tu imagen personal o lucro propio. Con esos dones y talentos desarrollas el ministerio para el que Cristo te ha llamado. Y cuando usas los dones y talentos en el ejercicio de tu ministerio, las operaciones de Dios Padre estarán allí. Tú haces tu parte y Dios la suya. Dios siempre hace su parte excelente, cerciórate de que la tuya sea del mismo calibre de calidad.
3. Aprende a decirle "NO" al 99% de buenas propuestas que te hagan y concéntrate al 100% en el 1% que Dios te asigne. El gran enemigo de lo excelente es lo bueno.En la obra de Dios hay un océano de cosas por hacer, pero no te creas la farsa de que tú debes hacerlas todas. Esa es una mentira del diablo, que cuando no puede frenar a un cristiano, entonces lo empuja. Tú, pesca en el pedacito donde Dios te ponga y responde por tu parte. No te streses por el resto del trabajo que le toca a otros, Dios, el dueño de la obra, no se stresa, no lo hagas tú.El Señor de los talentos es muy sabio, y él sabe por qué a unos repartió cinco, a otros dos y a otros uno. Que cada quien responda por lo suyo. Dios no juzga cooperativas, juzga obras personales. No quiere decir eso que tú no vas a bendecir a otros ministros y ministerios, claro que lo harás, pero no harás el trabajo de ellos.
4. Las personas son más importantes que las instituciones. Cristo no salva corporaciones religiosas, salva personas. Las instituciones son herramientas muy útiles para ganar personas para Cristo, pero son medios, no el fin. Tú fuiste llamado a salvar personas, discipular personas y a servir personas. Las instituciones, las personas jurídicas, te ayudarán a hacer mejor tu labor, pero no son ellas el fin de tu trabajo.
5. Nunca imites a alguien, pudiera ser el mejor de todos los hombres o mujeres de Dios, pero no se imitan. Tú eres tú. Sé tú mismo. No copies a nadie, desarrolla lo que Dios te dio a ti. Jamás Dios te juzgará por no haber sido Luis Palau, o Marcos Witt, o Billie Graham. Dios te pedirá cuentas por no haber sido tú mismo. Los buenos ejemplos son para desafiarnos, no para imitarlos. Ni siquiera podemos imitar a Cristo, pues él era Cristo, y tenía una misión específica, en un lugar específico y en un tiempo específico. Lo que sí podemos hacer es ver a Cristo como ejemplo, como modelo. Y cuando la Biblia dice que imitemos al Señor no se refiere a que seamos fotocopias suyas, sino a que seamos exactamente como él en su carácter.
6. No compitas, sirve. Si otros ministerios progresan más, dale gloria a Dios y felicita de corazón a tu consiervo, exprésale tu admiración. Dios reparte de manera diferencial: a unos cinco, a otros dos, a otros uno. Tú responde al 100% por lo que te tocó.
7. Nunca dejes de ser oveja, aunque te digan pastor o superpastor. Sé oveja. Aprende siempre, recibe con humildad. Tal vez tú puedas predicar mejor que otro, pero recibe a través de él. Tal vez escribas mejor que otros, pero lee de ellos. Sé oveja, lo importante es que El Pastor, Cristo, te ve, aunque las otras ovejas ni te miren ni te reconozcan.

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home